PROTAGORAS DE ABDERA (Abdera, c. 485 a. C.- c. 411 a. C.)
Protágoras de Abdera fue un sofista griego. Admirado experto en retórica que recorría el mundo griego cobrando elevadas tarifas por sus conocimientos acerca del correcto uso de las palabras u ortoepía.
Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores, esto es, negó que existieran valores y verdades universales para todos los hombres.
No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de nosotros. Este relativismo se aplica a todos los ámbitos de nuestra existencia.
HIPIAS DE ÉLIDE ( Élide, 443 a. C- 399 a. C. )
Sus enseñanzas abarcaron una amplia gama de saberes: matemáticas, geometría, astronomía, historia, poesía y filosofía.
Defendió que las leyes son convenciones hechas por los hombres para otorgar lo que debe hacerse y lo que no. Al ser su origen un contrato social, no pueden pretender su universalidad, pudiendo ser continuamente modificadas.
Hipias aceptó también la existencia de leyes divinas, que sí tienen carácter de universalidad. Estas leyes son aquellas que son aceptadas por todos los hombres de todos los países y, por lo tanto, han de tener un origen divino. Entre estas leyes encontramos el venerar a los dioses y honrar a los padres.
Pródico de Ceos (gr. Πρόδικος Κεῖος Pródikos Keíos; h. 465-h. 395 a. C.)
Sus enseñanzas se centraron casi exclusivamente en la ética.
A Pródico se le reconoce como parte del movimiento sofista porque compartió algunas características de otros pensadores sofistas. Para empezar, Pródico cobró por exponer sus ideas. Además fue muy reconocido por su oratoria, dándole una gran importancia al razonamiento de las cosas.
GORGIAS DE LEONTINOS (c. 485 a. C.-c. 380 a. C.)
Fundador de la oratoria epidíctica.
Recogió la temática de la filosofía eleática concluyendo que nada existe. Se encuentran en una obra que se le atribuye, Sobre la Naturaleza o el No Ser (título que alude a la postura de la escuela eleática -por la cual se ve influido, pero a la que ataca- ya que el filósofo Meliso de Samos había escrito la obra Sobre la naturaleza o el Ser), tres célebres tesis:
· Nada existe.
· Si algo existiera, no podría ser conocido por el hombre.
· Si algo existente pudiese ser conocido, sería imposible expresarlo con el lenguaje a otro hombre.